Este tema no es algo específico de Montessori, pero educar consumidores conscientes es algo que considero muy importante y además encaja a la perfección con la filosofía Montessori, así que he pensado que es un tema que merece la pena trabajar en el RetoMontessori de Mayo 2018, si te animas a unirte para trabajar este tema más a fondo te espero el viernes 4 de Mayo en el webinar, puedes unirte aquí.
Por si no sabes en qué consiste RetoMontessori te cuento: Cada mes (normalmente el último martes del mes), publico un post sobre un tema de filosofía Montessori o relacionado con la pedagogía Montessori, que será el tema que trabajaremos durante ese mes en RetoMontessori. Este post está en el blog a disposición de todo el mundo.
Tres días después del post, es decir, el viernes de esa misma semana, expongo el tema con más detalle en un webinar y los asistentes pueden participar planteando preguntas, compartiendo sus ideas, debatiendo, etc, algo que resulta muy interesante y enriquecedor! Para asistir a estos webinars mensuales es necesario unirse a RetoMontessori, aquí te explico cómo hacerlo.
No quiero enrollarme más sobre el funcionamiento de RetoMontessori para no extenderme mucho, pero si tienes cualquier duda ya sabes que puedes dejarme un comentario al final de este post o contactarme por email.
Después de esta intro, vamos al tema:
Hacer la compra de forma consciente
Ya sabéis que soy muy partidaria de que los niños participen en la elaboración del menú familiar, de la lista de la compra y en el momento de hacer la compra. Esto tiene muchos beneficios pero hoy me centro en el hecho de que hace a los peques conscientes de muchas cosas, por ejemplo, que la comida no aparece mágicamente en el plato, sino que antes eso hemos tenido que comprar los ingredientes y preparar la receta, y que esos ingrediente no aparecen en el mercado por arte de magia, sino que vienen de la huerta, del mar...
¿Cómo podemos hacer la compra de forma consciente para que nuestros hijos también aprendan a hacerlo? Aquí van algunas ideas:
- Leyendo las etiquetas. Cuando mis hijos me piden que compre un producto y yo no estoy de acuerdo (porque es ultraprocesado, porque tiene ingredientes perjudiciales...) no me limito a decirles que no lo vamos a comprar, les pido que lean la lista de ingredientes (con la peque que todavía no lee se la leo yo) y les explico por qué no conviene comer esos ingredientes. En realidad se lo explicaba al principio, ahora ya reconocen muchos ingredientes o simplemente cuando ven que la lista es muy larga ellos mismos ponen el producto de vuelta en la estantería y siguen buscando algo un poco más saludable. (Igual os pensáis que os estoy tomando el pelo pero os prometo que es verdad, aunque también os digo que nuestro trabajo nos ha costado llegar a este punto!)
- Conociendo las frutas y verduras de temporada. En el super hay prácticamente de todo todo el año, por eso es importante que los niños entiendan lo que son las frutas y verduras de temporada. Si podemos ir a un mercado donde los agricultores venden directamente lo pueden ver mucho mejor, e incluso hablar con ellos. Y si podemos visitar un huerto a lo largo del año también podrán ver que no todo el año tenemos guisantes, que las fresas sólo dan fruto en primavera... Así cuando vean fresas en el supermercado en Diciembre ellos mismos se preguntarán cómo es posible, y de ahí llegaremos al siguiente punto:
- Fijarnos en el origen de los alimentos. Si encontramos fresas en Diciembre lo más probable es que vengan de un lugar donde la temperatura les permita crecer en esas fechas. Con nuestros hijos podemos preguntarnos ¿Vienen de muy lejos? ¿Cómo habrán llegado hasta aquí? ¿Cómo han hecho para conservarlas durante todo el viaje? Esto nos hace tomar consciencia de lo que estamos comprando, tal vez en Diciembre tenga más sentido comprar naranjas, que son de temporada, y que se hayan producido cerca de donde vivimos.
- Comprando productos que tengan el mínimo envoltorio posible y utilizando bolsas reutilizables. Cuantos más envoltorios tienen los alimentos que compramos más residuos estamos produciendo. Esto es algo muy sencillo de entender pero que por desgracia mucha gente pasa por alto. Si podemos elegir entre un alimento envasado y el mismo alimento a granel, es mucho más sostenible comprarlo a granel. Y si en vez de utilizar bolsas de plástico para la compra utilizamos bolsas de tela reutilizables estaremos reduciendo muchísimo la cantidad de plástico que luego tiramos a la basura. Hace unos meses compartí en Instagram una foto de nuestra compra con las bolsas reutilizables que usamos para comprar la fruta a granel y mucha gente se animó a pasarse a este tipo de bolsas, así que os dejo el enlace por si las queréis ver: Bolsas reutilizables para verduras
Pensar bien si necesitamos comprar (¿Lo necesito o lo quiero?)
Este consejo sirve para todo: ropa, comida, juguetes, muebles... Antes de comprar algo merece la pena detenernos a pensar "¿Realmente necesito esto?" (Spoiler alert: La respuesta a esa pregunta la mayoría de la veces es "No, no lo necesito").
Otra cosa es si aunque no necesite algo lo desee mucho, a veces podemos comprar cosas que no son necesarias a nivel práctico pero que nos gustan mucho, pero debemos ser conscientes de esa diferencia y es importante que los niños entiendan la diferencia entre querer y necesitar algo, por ejemplo "Necesito una zapatillas de deporte, pero ¿realmente necesito que tengan purpurina y luces? ¿O eso es algo que quiero?", os aseguro que de estas pregunta pueden salir conversaciones y argumentos muy interesantes.
Reducir la cantidad de cosas que poseemos
La mayoría de las veces menos es más, y esto es especialmente cierto cuando hablamos de ropa y de "trastos" en general que acumulamos en casa.
Cuanta más ropa tienes más te cuesta decidir qué ponerte (y no digamos si tienes 4 años) y al final te acabas poniendo siempre lo mismo, ¿me equivoco?
Cuantos más juguetes tienes menos los valoras y más te cuesta mantenerlos ordenados, ¿me equivoco?
Cuantas más cosas tienes en casa más te cuesta encontrar lo que estás buscando, de hecho hasta se te olvida lo que tienes en casa hasta que un día haciendo limpieza te lo encuentras, ¿me equivoco?
Creo que no tengo que decir nada más, ¿no? Este argumento cae por su propio peso.
La manera de llevarlo a cabo consiste por una parte en dejar de meter en casa más cosas que no necesitemos, y por otra parte en sacar aquellas que ya tenemos pero que tampoco necesitamos. Creo que la teoría la tenemos todos clara, lo que a veces cuesta es deshacerse de objetos que aunque no son de utilidad nos cuesta dejar ir. Si necesitáis ayuda con esto os recomiendo "La Magia del Orden", de Marie Kondo.
En concreto para el tema de la ropa la idea de crear un armario cápsula funciona muy bien y ayuda mucho, tanto a adultos como a los peques, que tienen mucho más fácil la tarea de elegir su ropa y vestirse solos. Consiste en seleccionar un número limitado de prendas (pueden ser 10, 15, 20...) que combinen entre sí, esto tiene todo un método así que para no enrollarme os recomiendo leer este post donde os explican cómo hacer un armario cápsula desde cero.
Utilizar ropa y juguetes de segunda mano
Aunque nos animemos a crear un armario cápsula lo cierto es que los niños crecen y tenemos que comprar ropa cada temporada, pero ¿quién dice que la única opción es comprar ropa nueva?
Siempre se ha pasado la ropa de los hermanos, primos, amigos y vecinos mayores a los pequeños, y yo personalmente soy muy fan de esta alternativa. No sólo estamos reduciendo el consumo de recursos y la producción de residuos, además le estamos dando una segunda vida a esas prendas de ropa, lo que me parece muy bonito.
A mi hija le hace un montón de ilusión heredar camisetas, sudaderas, abrigos... que ha visto llevar a su hermano o a sus amigas mayores, así que la creencia de "Ay, pobre, no tiene nada de ropa nueva, es todo heredado" ya nos la podemos quitar de la cabeza.
Y si no tenemos cerca niños mayores que nuestros hijos que les puedan pasar la ropa que ya les queda pequeña, tenemos tiendas de ropa de segunda mano como Percentil, Zagalillo, A Topitos, Micolet... Yo suelo comprar en Percentil y os puedo decir que la ropa está perfecta, prácticamente nueva, además también puedes enviar la ropa que a tus hijos les ha quedado pequeña y sacar un dinerito por ella. Si no tienes a quien darle esa ropa me parece una opción genial.
Con los juguetes ocurre igual, ¿no os habéis fijado que cuando los niños van a casa de un amigo flipan con los juguetes que tiene? Y lo mismo cuando un amigo viene a casa, los juguetes que tus hijos ya tienen muy vistos son novedosos y super atractivos para sus amigos. Así que ¿por qué no hacer trueques de juguetes en vez de comprar tantos juguetes nuevos?
Y si la idea del trueque no os encaja (porque a veces los adultos tenemos esa mentalidad de "A ver si mi hijo va a cambiar ese juguete carísimo que le regalé por una baratija"... siempre midiendo el valor de las cosas por su valor monetario... En fin, no entro en eso ahora, que me desvío), podéis organizar o participar en mercadillos de segunda mano donde tú llevas los juguetes que ya no quieres y puedes comprar juguetes que otros niños ya no quieren pero que a ti sí te gustan.
Podría seguir escribiendo sobre este tema porque me toca mucho la fibra y me vengo arriba, pero creo que ya me he enrollado bastante y la idea de RetoMontessori es poder hacer pequeños cambios cada mes, así que no quiero agobiar, jeje.
El reto que os propongo para este mes es plantearos si ya hacéis algunas de las cosas que he comentado en este post, si hay alguna idea que os gustaría incorporar para que vuestros hijos crezcan siendo consumidores conscientes... Y si os gustan varias ideas os recomiendo empezar por una o dos y luego incorporar las demás poco a poco, si queremos hacerlo todo a la vez al final nos aturullamos y no hacemos nada 😉
7 comentarios
La aplicación de sellos en los productos ha servido mucho en nuestro caso. Sellos negros característicos que indican «Alto en calorías», «Alto en azúcares» o «Alto en grasas saturadas».
Con mi hijo de 4 años hemos podido disminuir casi a cero la cantidad de «alimentos no saludables» que él mismo cataloga así, causando la sorpresa de muchas personas en el supermercado.
Saludos desde Chile, excelente post!
Hola Montserrat,
Pues también es buena idea, muy visual para los peques. ¿Los sellos los ponéis vosotros en los folletos del supermercado o cómo lo hacéis?
Hola, te leo desde México, y la verdad es que me gusta mucho tu blog; combinados tus tips y consejos más un programa llamado Paternidad efectiva, me ha crecido la cabeza! Jaja pero más que nada el corazón, y conecto más y mejor con mis hijos (que por cierto son dos pequeños de cuatro y tres años, niña y niño) Gracias por tus consejos!
Gracias a ti por leerme Claudia, y por tu comentario tan bonito! ^_^
Me ha encantado este post. Alimentación saludable y consumo responsable desde el principio.
Gracias
Gracias Elena, me alegro de que te haya gustado 🙂
Genial, este post!!!Muchas ideas que sirven muchísimo, gracias!!!